17 abril 2012

Lámpara de sal: utilidad y practicidad


Las conocidas lámparas de sal proceden de la cordillera del Himalaya, concretamente de Pakistán. Son lámparas que se realizan a mano directamente de la roca natural, motivo por el que cada pieza es única. Además, cada una de ellas requiere un proceso natural de cristalización de las rocas salinas que conlleva una duración de más de 250 millones de años.


Las sales de estas lámparas se disuelven en la humedad del ambiente generando partículas cargadas eléctricamente llamadas iones. Mientras la lámpara se mantiene encendida, el proceso de ionización se acelera. Este acto  estimula la transformación de los iones positivos (prejudiciales) en iones negativos (beneficiosos)  que, entre otros, regulan la cantidad de iones de energía poco recomendable que desprenden  televisores, ordenadores y demás dispositivos eléctricos.

La priorización de iones negativos en el ambiente es tan favorable que reduce: las reacciones por alergia, los dolores de cabeza y la cantidad de bacterias en el ambiente. Pero no sólo sus iones resultan provechosos, su cálido color anaranjado estimula la creatividad y proporciona dinamismo y, junto con el blanco con que se combina, refuerza la concentración y ayuda a tener claras las ideas.

Este mineral es práctico y útil a la par que un bonito objeto de decoración. Una lámpara que no sólo da luz sino que además purifica el aire y aporta equilibrio a nuestra salud física y emocional.

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