De todos los síntomas, los más frecuentes son los que se deben a la desmineralizacón que dufre el organismo en su intento de neutralizar los ácidos y en menor proporción los debidos a las irritaciones producidas por los ácidos no neutralizados.
- Falta crónica de energía.
- Sabor agrio y viscoso al despertar.
- Propensión a la fatiga y al frío.
- En la zona de la boca: caries; encías inflamadas y sensibles.
- Relacionado con el cabello: pelo sin brillo y caída.
- Puel seca y agrietada.
- Uñas frágiles y quebradizas.
- Calambres y espasmos musculares.
- Problemas en las articulaciones.
- Facilidad para contraer infecciones.
- Tendencia depresiva.
Son muchas y muy variadas las alteraciones que pueden llegar a presentarse en el organismo a causa de las sustancias ácidas no eliminadas.
Posibles alteraciones causadas por los ácidos:
- Irritación de tejidos: inflamaciones dolorosas y heridas en las mucosas, ardor al orinar, sudor ácido que agrieta la piel, etc.
- Desmineralización.
- Hipofunción de las glándulas endocrinas.
- Disminución de las defensas.
- Formación de depósitos: articulaciones bloqueadas, sordera, etc.
- Desequilibrios nerviosos.
- Debilitamiento general.
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